Una monja caminaba por el costado de un camino, hasta que apareció una hermosa morena y ofreció ayuda. Ella agradecida aceptó y subió al auto. Un BMW plateado brillante con tapicería de cuero. Tan pronto como la monja se instala, inicia una conversación y pregunta: - ¡Qué coche más bonito tienes! Debiste haber trabajado duro para comprarlo, ¿verdad? - ¡No fue exactamente así, hermana! En realidad, lo obtuve de un industrial, que durmió conmigo durante un tiempo! La monja no dice nada. Ella mira hacia el asiento trasero, ve un hermoso abrigo de piel y dice: - ¡Tu abrigo de piel es muy bonito! Debió costar una fortuna ¿eh? - En realidad no me costó nada... Lo conseguí porque pasé unas noches con un futbolista... La monja no dijo nada más durante todo el viaje. Al llegar al convento, se dirigió directamente a su habitación. A altas horas de la noche, alguien llama a la puerta. La monja pregunta: - ¿Quién es? -¡Soy yo! ¡Padre Valentino! La monja responde rápidamente: - ¿Sabes que? ¡Vete a la mierda! ¡Tú y tus caramelos de menta!
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